UN
SILENCIO QUE MATA
*Es falso pensar que el periodismo en México está
muerto
Por: Romamy Miranda Gutiérrez
No hay que temer a los
que tienen otra opinión, sino a aquellos que tienen otra opinión, pero son
demasiado cobardes para manifestarla.
Napoleón Bonaparte.
ACOSTUMBRARNOS al constante deterioro del ejercicio de la
libertad de prensa es marcar nuestro destino como sociedad. Hace unos años la
autocensura en nuestro país se evidenciaba con casos de aquellos medios o
periodistas que estaban en las regiones típicamente más peligrosas. Hoy la
práctica está incorporada en las redacciones en todo el país.
El deterioro del
contexto para ejercer el periodismo es cada vez más inseguro. En muchos medios
de comunicación la decisión de publicar o no información de interés público
primero pasa por una evaluación del riesgo que puede conllevar su publicación y
después por los criterios netamente periodísticos. Cada vez es más común el
“mejor no público para que no pase nada”. La decisión es comprensible y no
criticable, ninguna nota vale una vida, sin embargo, el silencio comienza a
ganar terreno.
Es falso
pensar que el periodismo en México está muerto. A pesar de la violencia y
ataques gubernamentales tenemos buenos ejemplos. Son pocos, pero importantes.
Son ejemplos donde el silencio no ha vencido. Son estoicos defensores del
derecho a la libertad de información. Son oasis informativos donde se refunda
el valor social del periodismo. Son voceros de información que hace que otros
crímenes no queden en el anonimato.