26 diciembre 2012

¿CUÁL DE ESTOS PERSONAJES ES UN ARRIBISTA?


  

"Qué fácil es empujar a la gente... Pero que difícil guiarla. "

Tagore, Rabindranath

 
 
 
 

EL ARRIBISTA, más conocido por su epíteto vulgar  “trepa”, posee como objetivo alcanzar la satisfacción personal en el área del reconocimiento laboral o de las posesiones materiales. Esa aprobación compensa un sentimiento de inferioridad que les genera frustración en sus actividades diarias.

La ambición  es ciega,  y sólo ve el objetivo: la luz, el prestigio, el reconocimiento y la recompensa económica.

Debido a su aparente personalidad dócil y agradable, numerosos psicólogos y sociólogos coinciden en que resulta muy difícil detectar la actitud del “trepa” antes de que haya trepado. Su prepotencia y carencia de empatía se puede entrever sólo si se le observa en la distancia. No obstante, las siguientes características básicas suelen ayudar a desenmascarar a quien se esconde bajo la apariencia de un buen profesional:

a)   Ambicioso y poco potencial: manifiesta unas ambiciones desmedidas para su edad y trayectoria profesional sin correspondencia con el potencial real, por lo que esquiva el trabajo diario dedicándose a identificar las oportunidades en las que podría avanzar sin haber rendido laboralmente.

b)   Reservado y egoísta: no comparte información con el resto de las personas de su mismo ámbito, o bien lo hace de manera muy reservada y astuta.

c)   Individualista y ocultista: trabaja de forma individual mostrándose como autosuficiente y no reconoce en público la labor de aquellos de los que ha obtenido conocimientos, atribuyéndose en muchos casos habilidades y méritos ajenos.

d)   Desconfiado y mentiroso: actúa para desacreditar a aquellos que progresan a su alrededor, utilizando de forma sutil el rumor,  la mentira, la manipulación y la calumnia como herramientas para posicionarse por encima de ellos ante la sociedad. Aunque aparenta estar siempre trabajando, el único trabajo que lleva a cabo se centra en desacreditar a los que considera rivales, los cuales comienzan a ver mermada su propia autoestima en el ámbito laboral  e incluso personal.

e)   Adulador y estratégico: realiza alabanzas indirectas practicando un culto a la personalidad interesado. Una de sus estrategias más efectivas consiste en ganarse la confianza y admiración de las personas que están en posiciones respetadas y jerárquicamente superiores a través del culto a la personalidad. Si en algún momento siente que puede ser descubierto por una persona, cambia radicalmente de táctica y deja de comunicarse con ella como lo hacía anteriormente.

Lamentablemente, la humanidad jamás se ha tomado en serio las palabras del filósofo político y escritor italiano Nicolás Maquiavelo (Niccolò di Bernardo dei Machiavelli, 1469-1527), quien dijo: “no hay otro modo de guardarse de la adulación que hacer comprender a los hombres que no te ofenden cuando te dicen la verdad”.
Con quien probablemente Maquiavelo  se hubiera entendido, era con  su compatriota y poeta Dante Alighieri (1265-1321) quién ubicó a los aduladores en el Malebolge o Fraudulentos.
Pero, haciendo oídos sordos a los consejos de Dante y Maquiavelo, hemos ido dejando que muchos arribistas encontrasen  su lugar en la política.
 

En el campo de los arribistas hay de todo: senadores, diputados, gobernadores, presidentes municipales,   ministros, militares, funcionarios en puestos claves, diplomáticos cuya misión es vivir en las doradas sedes de las embajadas acumulando riqueza a cambio de servir con sumisión.

Por eso, estimado lector, el  arribismo, sin duda, es el más vil de los oficios y de una peligrosidad incalculable; generalmente no es practicado por gente menesterosa e ignorante sino por los que teniendo la apariencia de señores y de intelectuales llevan el alma de trúhanes...¡Upsss!.

GUILLOTINA… ¿Por qué la esposa del gobernador del estado de Quintana Roo, no hace visitas sorpresivas a todos  los DIF de la entidad  para  ver  la realidad  de  los problemas?......Sencillamente porque no habría foto del recuerdo….Ahhhhhhh.