Carta
abierta del Partido de la Revolución Democrática en Quintana Roo, que preside
Julio César Lara, al cumplirse 25 años de la fundación del partido.
Julio César Lara |
AL
PUEBLO QUINTANARROENSE:
México
es un país pluricultural, diverso, de enorme riqueza y lacerante desigualdad,
que a lo largo de su historia ha enfrentado el choque de dos fuerzas que
empujan en direcciones contrarias.
Una,
opuesta al reconocimiento de esta diversidad, a favor de los privilegios, la
desigualdad y la ausencia de democracia. La otra, a favor del reconocimiento
pleno de las diferencias, los derechos de las minorías, las acciones
afirmativas para saldar deudas históricas con los grupos vulnerables, los
indígenas, las mujeres y los pobres, sin los cuales es imposible construir una
democracia plena.
En esta
última, que empuja por el cambio político y social, está la izquierda mexicana,
dentro de la cual se incluye nuestro partido.
El día
de hoy conmemoramos los primeros 25 años de existencia del Partido de la
Revolución Democrática. Hace un cuarto de siglo surge, heredero de importantes
luchas sociales y de la unificación de las izquierdas, nuestro instituto
político el PRD. Nace de la necesidad de contar con una izquierda que haga
contrapeso, que contraste con la realidad impuesta por los malos gobiernos, que
continué con la lucha de los liberales y los progresistas, que como ente de
interés público y sujeto a las leyes mexicanas convoque a una revolución
democrática, pacífica, de igualdad de oportunidades, de equidad, de justicia
ante los desiguales. Nace con una declaración de principios que conmina a las
mujeres y a los hombres de este país a concientizarse, a politizarse, a
organizarse para avanzar juntos como sociedad a mejores estadíos de vida.
Celebramos
dos décadas y media en la lucha por la materialización del sueño de transformar
a México, de garantizar la democracia, la libertad de expresión y pensamiento.
Y seguiremos luchando por terminar con la desigualdad social, la miseria y el
hambre en México. Acabar con los privilegios de unos pocos y la carencia de
muchos.
Producto
de esta corriente nacional y de hombres y mujeres visionarias, en Quintana Roo
tiene cabida inmediatamente entre la población la convocatoria a conformar el
partido en el Estado, y desde ese momento el PRD ha venido aportando con su
participación a mejorar el entorno democrático y político en nuestro Estado. Ha
sido y será una tarea difícil lograr los cambios republicanos que necesita
Quintana Roo pero es indispensable hacerlos.
El PRD
en Quintana Roo aspira a una división real de poderes. Aspira a tener un poder
judicial realmente autónomo, imparcial, expedito en sus resoluciones, y que
estas estén absolutamente apegadas a derecho en beneficio de quienes reclaman
justicia; que actúe como un verdadero contrapeso a los excesos de otros
poderes. Aspira a un poder legislativo que sea realmente autónomo del poder
ejecutivo. Que tenga como beneficiario a los y las ciudadanas y que genere
leyes de vanguardia, que protejan las libertades y no que las coarten, que
revise, según sus facultades, la actuación del poder ejecutivo sin favoritismos
ni encargos a modo, que se democratice en su interior y que no continué con una
gran comisión anacrónica y excesiva.
Aspira a un poder ejecutivo que quien lo
detente lo haga con una visión humanista y democrática. Que su única misión en
la temporalidad de su encargo sea la hacer de Quintana Roo un Estado que sea
respetado por su compromiso con la naturaleza, con la justicia, con la equidad
entre sus habitantes. Que haga de esta tierra una tierra próspera que incluya y
reivindique a los pueblos originarios de esta parte de la península. Que le
devuelva la esperanza de un mejor futuro para todos.
El PRD
lucha porque en Quintana Roo se respeten los derechos y las libertades
constitucionales, lucha por la libertad de expresión, lucha porque no haya un
control de medios tal, que se cancele el derecho a ser bien informado, en donde
no se persiga a los periodistas que no se “alinean”, en donde el aparato de
Estado no sirva para proteger el gobernante del pueblo, sino para defender al
pueblo de sus gobernantes, y que estos entiendan que en una democracia la
diversidad de opiniones y los disensos la hacen mejor y más fuerte, que el
debate y la discusión enriquecen, y que el autoritarismo y la visión monolítica
empobrecen, y que no se debe ni se puede usar al Estado para perseguir a sus
enemigos políticos ni para venganzas personales.
Hoy a
dos décadas y media de la fundación de nuestro instituto político. Los
perredistas de Quintana Roo, refrendamos nuestro compromiso por seguir
representando dignamente a la gente que aspira terminar con las desigualdades e
injusticias en México, con la gente que aspira mayores oportunidades, que
demanda una democracia participativa, en la que se entiende que los ciudadanos
son los jefes y los representantes populares son solo administradores
temporales del gobierno.
En el
Partido de la Revolución Democrática sus militantes y sus corrientes internas
de expresión política estamos comprometidos a fortalecer la unidad partidaria
teniendo al partido como su única trinchera para la lucha verdadera. Seguiremos
construyendo con la visión de izquierda que es liberal, progresista, solidaria,
fraterna y de gran humanismo.
En la que por encima de los hombres estén los
programas y los proyectos. Que sean estas las visiones que nos alienten para
convencer a los ciudadanos y que nos vean como lo que somos, la mejor opción.
Que sean nuestras coincidencias las que estén siempre por encima nuestras
diferencias, porque somos un partido vivo, dinámico, que sin perder nuestra
historia y las razones de nuestra lucha, es capaz de construir adaptándose a
los tiempos que nos tocaron vivir, que sea una izquierda que construya para el
engrandecimiento de nuestro Estado.
PARTIDO
DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA
¡DEMOCRACIA
YA, PATRIA PARA TODOS!
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