17 febrero 2015

¿NO PUEDE SER UN PARTIDO NORMAL

¿POR QUÉ EL PRD NO PUEDE SER UN PARTIDO NORMAL?


Por: Romamy Miranda Gutiérrez
        romamym@yahoo.com




       


"Un buen líder no es aquel que hace temblar a sus subordinados, un buen líder se hace respetar por sus colaboradores"


LA CORRUPCIÓN mexicana reconoce diversas raíces, pero dos destacan: primero, la deshonestidad generalizada de la población. Corrupción y deshonestidad no son términos intercambiables. La primera es el abuso de una posición pública para obtener ganancias privadas; la segunda, en cambio, es la violación sistemática de las normas, sean públicas o privadas, se esté o no en función de poder, sean o no legales.


Por supuesto, un grupo  ya sea el PRI,  PAN  y PRD que permanece demasiado tiempo en el poder tiene una alta probabilidad de facilitar y participar de la corrupción, reforzando un problema serio. Pero una sociedad deshonesta puede prolongar por mucho más tiempo los comportamientos nocivos.
En el Partido de la Revolución Democrática (PRD),  la  desintegración  es manifiesta,  la división y el pragmatismo se impusieron. El vínculo de algunas autoridades municipales y otros funcionarios de gobierno emanados de sus filas con la delincuencia organizada han puesto al descubierto una crisis en el PRD que la dirección nacional pretende minimizar

Los saldos del caso Iguala y la desaparición y presumible  asesinato de 43 normalistas de la escuela de Ayotzinapa, metieron a los perredistas en los pantanos de la complicidad con  el crimen organizado, será un elemento negativo y desfavorable durante la campaña que arranca.  Los partidos opositores recordarán las veces que sea necesario que  José  Luis  Abarca y Ángel Aguirre llegaron a sus cargos de alcalde y  gobernador respaldados por el Sol Azteca, que por cierto ya pidió  perdón a los ciudadanos por esas equivocaciones.

Si la democracia de un partido se midiera por la confrontación y discrepancia de ideas, el PRD sería el más democrático de todos.

¿Por qué el PRD no puede ser un partido normal?

La respuesta de los perredistas siempre es la misma: “Es un partido democrático que no oculta sus diferencias sino que busca resolverlas través del diálogo”.

Una izquierda que no puede clasificarse como tal, porque en México tiene muchas caras. Muchas maneras de ser, de actuar, de reaccionar, de hacer política o rechazarla. No es posible hablar de “la izquierda” cuando distintas encarnaciones disputan lo que debe significar.
Cuauhtémoc Cárdenas consideró que el perredismo está en un “franco declive” en el que ha perdido credibilidad y autoridad moral frente a la sociedad.

Y hablando de credibilidad y  autoridad moral  resulta que la  ex directa de Comunicación Social del Ayuntamiento de Benito Juárez (Cancún) Isaura  Ivanova Pool Pech, se convirtió en primera diputada  virtual de Quintana Roo.

La ex funcionaria  en el 2013 fue detenida en la Ciudad de México  por alterar el orden público, durante una manifestación que realizaron perredistas y petistas a las afueras de la cámara de senadores en protesta por la aprobación de la reforma energética.

Además en la administración del ex alcalde perredista  Julián Ricalde  Magaña,   fue severamente cuestionada  por algunos medios de comunicación por corrupción, enriquecimiento ilícito y  junto a su familia creó una red para vivir a expensas del erario.  “Alerta de repetir otros Abarcas”.

El PRD es un partido político que posee un récord mundial  vergonzante: cinco de sus ex presidentes nacionales decidieron abandonarlo para buscar otros horizontes: Porfirio  Muñoz Ledo, Rosario Robles, Andrés Manuel López Obrador, Leonel Cota y Cuauhtémoc Cárdenas. Esto refleja la  inclinación atávica de la izquierda de fragmentarse, pero  también de la inmadurez de las opciones más progresistas del  país, y de los actores políticos que militan en la izquierda que han cambiado la ideología por la conveniencia personal y los intereses económicos.

Y no se diga en  Quintana Roo,  basta recordar a la “Lady Senado”, Luis María Beristaín; Graciela Saldaña Fraire y su narco sobrino, Dante Álvarez Fraire, detenido por pretender transportar droga a Europa.

¿Qué va a hacer el partido de la Revolución Mexicana? ¿Qué va a hacer la izquierda consigo misma? ¿Cómo ser oposición constructiva sin ser oposición doblegada? ¿Cómo reconciliar el rencor postelectoral con la política partidista? ¿Cómo exigir la refundación tajante del régimen y al mismo tiempo formar parte de él? ¿Cómo trascender lo padecido para recuperar lo perdido? ¿Cómo ser de izquierda en Quintana Roo? ¿Con qué liderazgo? ¿Con qué plataforma? 

Preguntas ineludibles, preguntas inescapables, preguntas incómodas que preferirían no contestar pero deberían. Porque hasta que no responda a esas interrogantes y de buena manera, la izquierda mexicana seguirá extraviada. Esquizofrénica. Dividida. Disminuida. Peleada entre sí y por ello incapaz de influenciar al régimen o mejorarlo. Condenada a perder plazas y sin saber cómo recuperarlas. Y con  Isaura  Ivanova Pool Pech y su prole queda más evidente la corrupción, el nepotismo, etc…

.La traición es el nombre del juego. La moral, como decían los antiguos, es un árbol que da moras. En política, en los partidos, no vale la palabra, y las promesas son, para no cumplirse. ¡Upsss!



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