¿POR
QUÉ EL PRD NO PUEDE SER UN PARTIDO NORMAL?
Por: Romamy Miranda Gutiérrez
romamym@yahoo.com
"Un
buen líder no es aquel que hace temblar a sus subordinados, un buen líder se
hace respetar por sus colaboradores"
LA
CORRUPCIÓN mexicana
reconoce diversas raíces, pero dos destacan: primero, la deshonestidad
generalizada de la población. Corrupción y deshonestidad no son términos
intercambiables. La primera es el abuso de una posición pública para obtener
ganancias privadas; la segunda, en cambio, es la violación sistemática de las
normas, sean públicas o privadas, se esté o no en función de poder, sean o no
legales.
Por
supuesto, un grupo ya sea el PRI, PAN y
PRD que permanece demasiado tiempo en el poder tiene una alta probabilidad de
facilitar y participar de la corrupción, reforzando un problema serio. Pero una
sociedad deshonesta puede prolongar por mucho más tiempo los comportamientos
nocivos.
En el
Partido de la Revolución Democrática (PRD),
la desintegración es manifiesta, la división y el pragmatismo se impusieron.
El vínculo de algunas autoridades municipales y otros funcionarios de gobierno
emanados de sus filas con la delincuencia organizada han puesto al descubierto
una crisis en el PRD que la dirección nacional pretende minimizar
Los saldos
del caso Iguala y la desaparición y presumible
asesinato de 43 normalistas de la escuela de Ayotzinapa, metieron a los
perredistas en los pantanos de la complicidad con el crimen organizado, será un elemento
negativo y desfavorable durante la campaña que arranca. Los partidos opositores recordarán las veces
que sea necesario que José Luis
Abarca y Ángel Aguirre llegaron a sus cargos de alcalde y gobernador respaldados por el Sol Azteca, que
por cierto ya pidió perdón a los
ciudadanos por esas equivocaciones.
Si la
democracia de un partido se midiera por la confrontación y discrepancia de
ideas, el PRD sería el más democrático de todos.
¿Por qué
el PRD no puede ser un partido normal?
La
respuesta de los perredistas siempre es la misma: “Es un partido democrático
que no oculta sus diferencias sino que busca resolverlas través del diálogo”.
Una
izquierda que no puede clasificarse como tal, porque en México tiene muchas
caras. Muchas maneras de ser, de actuar, de reaccionar, de hacer política o
rechazarla. No es posible hablar de “la izquierda” cuando distintas
encarnaciones disputan lo que debe significar.
Cuauhtémoc
Cárdenas consideró que el perredismo está en un “franco declive” en el que ha
perdido credibilidad y autoridad moral frente a la sociedad.
Y hablando
de credibilidad y autoridad moral resulta que la ex directa de Comunicación Social del
Ayuntamiento de Benito Juárez (Cancún) Isaura
Ivanova Pool Pech, se convirtió en primera diputada virtual de Quintana Roo.
La ex
funcionaria en el 2013 fue detenida en
la Ciudad de México por alterar el orden
público, durante una manifestación que realizaron perredistas y petistas a las
afueras de la cámara de senadores en protesta por la aprobación de la reforma
energética.
Además en
la administración del ex alcalde perredista
Julián Ricalde Magaña, fue severamente cuestionada por algunos medios de comunicación por
corrupción, enriquecimiento ilícito y junto a su familia creó una red para vivir a
expensas del erario. “Alerta de repetir
otros Abarcas”.
El PRD es
un partido político que posee un récord mundial
vergonzante: cinco de sus ex presidentes nacionales decidieron
abandonarlo para buscar otros horizontes: Porfirio Muñoz Ledo, Rosario Robles, Andrés Manuel
López Obrador, Leonel Cota y Cuauhtémoc Cárdenas. Esto refleja la inclinación atávica de la izquierda de fragmentarse,
pero también de la inmadurez de las
opciones más progresistas del país, y de
los actores políticos que militan en la izquierda que han cambiado la ideología
por la conveniencia personal y los intereses económicos.
Y no se
diga en Quintana Roo, basta recordar a la “Lady Senado”, Luis María
Beristaín; Graciela Saldaña Fraire y su narco sobrino, Dante Álvarez Fraire,
detenido por pretender transportar droga a Europa.
¿Qué va a
hacer el partido de la Revolución Mexicana? ¿Qué va a hacer la izquierda
consigo misma? ¿Cómo ser oposición constructiva sin ser oposición doblegada?
¿Cómo reconciliar el rencor postelectoral con la política partidista? ¿Cómo
exigir la refundación tajante del régimen y al mismo tiempo formar parte de él?
¿Cómo trascender lo padecido para recuperar lo perdido? ¿Cómo ser de izquierda
en Quintana Roo? ¿Con qué liderazgo? ¿Con qué plataforma?
Preguntas
ineludibles, preguntas inescapables, preguntas incómodas que preferirían no
contestar pero deberían. Porque hasta que no responda a esas interrogantes y de
buena manera, la izquierda mexicana seguirá extraviada. Esquizofrénica.
Dividida. Disminuida. Peleada entre sí y por ello incapaz de influenciar al
régimen o mejorarlo. Condenada a perder plazas y sin saber cómo recuperarlas. Y
con Isaura Ivanova Pool Pech y su prole queda más
evidente la corrupción, el nepotismo, etc…
.La traición es el nombre del juego.
La moral, como decían los antiguos, es un árbol que da moras. En política, en
los partidos, no vale la palabra, y las promesas son, para no cumplirse. ¡Upsss!
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