¿DONDE ESTAN LAS
PROMESAS DE ROBERTO BORGE ANGULO?
Por: Romamy Miranda Gutiérrez
romamy@yahoo.com
“No tengo simpatía
alguna por ningún partido político o, mejor dicho, los aborrezco a todos,
porque todos me parecen igualmente limitados, falsos, pueriles, empleados en lo
efímero, sin visión de conjunto y sin elevarse jamás más allá de lo útil.”
Gustave Flaubert
CUÁNTA
RAZÓN tiene el novelista mexicano Fernando del Paso al
decir que en México hay muchos
gobernantes ineptos y codiciosos, para luego mencionar que el pueblo mexicano
ha cultivado el escepticismo durante siglos y debe reaccionar.
¿Qué nos pasó? ¿En qué momento permitimos que los
gobernadores pudieran hacer lo que quieran con los estados que, en teoría,
gobiernan para mejorar?
¿Cómo explicar que después de desfalcar un estado, e
inclusive tener presuntos vínculos con el crimen organizado, haya quien pueda
vivir a costa de un sistema que no sólo protege, sino que fomenta la corrupción
y la impunidad?
De verdad, ¿nos debería sorprender que haya
gobernadores como el priísta Roberto Borge Angulo? Yo pienso y creo que no.
Desde la
llegada de Vicente Fox a la Presidencia de la República en 2000 modificó
las reglas del juego político en México
Fue la manera en que los gobernadores, casi todos
priístas –25 de 32–, comenzaron a cohabitar con el primer presidente panista de
la historia. Y por cohabitar, me refiero a cómo se comenzó a repartir el dinero
público.
La evidencia demuestra, cómo, con el paso de los
años, hubo cada vez más dinero para los gobernadores y los alcaldes, y cada vez
menos para la federación.
A final de cuentas, esta transición no es menor,
porque como dice la ahora afamada frase, “el que paga, manda”. Y los
gobernadores, por primera vez en 70 años, comenzaron a mandar.
Más allá de la cantidad del gasto, es importante
analizar cómo los incentivos perversos que se fueron generando garantizaron la
mala calidad de éste. A final de cuentas, se trata de miles de millones de
pesos en chequeras abiertas. Fondos sin condiciones. “Cajas chicas” sin ningún
tipo de control, para el simple beneplácito de los señores gobernadores.
¿Sorprende sus resultados? No lo creo.
En su sano juicio, uno pensaría que con más
ingresos, los gobernadores se habrían quedado tranquilos “administrando la
abundancia”. Pero no. Uno no valora las cosas gratis de la vida. Y los
gobernadores, menos.
Así, con más poder, los gobernadores tuvieron frente
a sus ojos una posibilidad histórica para endeudarse, dar contratos a sus
compadres, candidatear a sus parientes o amigos, y promocionarse a sí mismos.
Nicolás Maquiavelo, es uno de los teóricos favoritos de los políticos mexicanos.
Aseveró que el fin justifica los medios, resumiendo así una postura de la
política consistente en acceder a posiciones de poder mediante la utilización
de artimañas, de falsedades y embustes.
En el estado de Quintana Roo, la sociedad se ha
convertido en rehenes de la reacción,
dependen de su fuerza e impacto; la
precisión deja de importar, lo sustancial es el golpe, dar el ejemplo de
legalidad con acciones que exponen la fragilidad de la normatividad.
Hay que preguntarle directamente Borge Angulo si se
acuerda ese 5 de abril del 2011 cuando se
comprometió a encabezar un gobierno austero y transparente que se
basaría en cuatro valores fundamentales: solidaridad, fortaleza, competitividad
y cuidado de los recursos naturales
Su compromiso de convertir a Quintana Roo en un
estado más seguro, con finanzas sanas y una transparente rendición de cuentas,
contrastan con indicadores de diversas organizaciones que ubican a la entidad
en los últimos lugares de transparencia, con un panorama económico difícil y
uno de los peores evaluados en materia de seguridad.
A la desnutrición no le interesa la contienda
electoral, a la pobreza no le interesan las alianzas, los pactos. La
desigualdad no entiende de spots y la discriminación no se elimina por decreto.
No se puede combatir la extorsión si en el terreno político hay quienes lo
utilizan como método para suscribir preferencias electorales; no se puede
erradicar la drogadicción si somos incapaces de proveer formación y educación a
las nuevas generaciones. No podemos pintar paisajes de justicia sobre lienzos
de perversidad.
En silencio, se alimenta el rencor, se incrementa la
resignación. El sistema político empezará a respirar con dificultad sino
reconocemos lo que nos mantiene. En riesgo está la credibilidad de la política,
la estabilidad de generaciones que crecen entre imágenes de crueldad y
disfuncionalidad. Ahora ya no basta con aparentar o aconsejar, tendremos que
empezar a gobernar con humildad para transformar actitudes e inspirar conductas
de bien. ¿Y esto lo sabrá algún candidato en el estado? Yo creo que no
GUILLOTINA. ¿Sera cierto que ya hubo negociaciones
para gobernador?
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