La diferencia entre una
democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes
de obedecer las órdenes.
Charles Bukowski
CUANDO LAS ENCUESTAS de opinión le desfavorecen, Andrés Manuel López Obrador las descalifica y las manda al diablo. Pero cuando las encuestas le son favorables para alimentar su ego, entonces las siente como una bendición divina, las acaricia y venera. Si se trata de hablar bien de su trabajo, aunque en los hechos éste deje mucho que desear, entonces los resultados de los sondeos son fidedignos, confiables y creíbles.
Pero cuando se critica su labor, sus compromisos mal cumplidos o sus promesas absurdas, entonces descalifica, censura y ataca a quienes se atreven a discrepar de él.
Los que se doblegan ante López Obrador no lo hacen por el solo hecho de que prevén que puede ganar.
Se le cuadran porque es autoritario. Porque le tienen miedo.
El tabasqueño ganó muchos aplausos y puntos en encuestas de opinión. Y obtuvo lo que él quería, alimentar el ego, sentirse una divinidad. Así es él.
Con dinero compra voluntades. Por eso le regaló a los adultos mayores sus 700 pesos, que nadie dice que no se lo merezcan. Eso y más. Lo malo es que esa acción la capitalizó López Obrador para su beneficio personal y político.
En las páginas de Crónica se documentó en infinidad de ocasiones cómo se condicionaba la entrega de esa pensión para los ancianos a cambio de que éstos acudieran a los mítines de apoyo a López Obrador.
Eso es lo criticable. Que López Obrador y su gobierno cobrarán la pensión a los ancianos a cambio de convertirse en carne de cañón.
De plantarse en los mítines de protesta, de encabezar las marchas, cuando muchos de ellos apenas y pueden caminar. Eso no le importa a López. Prefería verlos en sillas de ruedas, asoleándose, desmayándose por deshidratación, pero pagando la cuota por la dádiva, al fin y al cabo, para eso es el Mesías.
En una ocasión a Joaquín López Dóriga, en red nacional López Obrador dijo:
“Soy católico, fundamentalmente cristiano porque me apasiona, me gusta la vida y la obra de Jesús que fue perseguido en su tiempo, espiado por los poderosos de su época y crucificado”.
—Sin ningún paralelismo, inquirió López Dóriga
“No para nada, lo estoy planteando porque luego se olvida eso y se piensa que ser cristiano es nada más asistir a los templos o a las iglesias, soy partidario y respetuoso de la libertad de creencias.
O sea que no era broma cuando en una marcha en protesta contra del desafuero, Martí Batres llegó a la Cámara de Diputados con una enorme cruz con una foto de López Obrador estampada en el lugar de la leyenda INRI.
¿Y? ¿Dónde están los liberales, los críticos, la inteligencia y el sentido común de este país para decirle al candidato del PRD que lo suyo se llama mesianismo?
La intolerancia en esta etapa de las elecciones 2012 sube cada día de tono. Alguien tiene interés en que el proceso termine en violencia, probablemente porque es la única forma de poder decir que le robaron la elección sin tener que reconocer que perdió de calle
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