DESDE LA CÁRCEL MARIO VILLANUEVA RESPONDE
SOBRE EL ‘QUINTANARROÍSMO’
* “Es
anticonstitucional y divide a la sociedad”, dice; “nativo o no nativo,
cualquier quintanarroense puede ser gobernador”
Corresponsal/
Romamy Miranda Gutiérrez
Chetumal,
Q Roo.- Ante los constantes discursos vertidos por el gobernador Roberto Borge
Angulo en el sentido de que el estado debe ser gobernado por quintanarroenses,
el ex gobernador Mario Villanueva Madrid
envió desde la prisión una misiva
contestando las aseveraciones del mandatario, donde apunta que “el nativismo es
anticonstitucional y divide a la sociedad”.
En el
escrito explica que en base al texto
constitucional, son quintanarroenses tanto los nativos como los no nativos sin
importar de que Estado del país hayan llegado, cumpliendo únicamente con el
requisito de residencia de dos años o de uno si se casan con quintanarroense, y
por ello, “puede ser gobernador cualquier quintanarroense, tanto nativo como no
nativo del Estado”.
Mario
Villanueva afirmó que “cualquier actitud nativista carece de sentido y es
anticonstitucional, pues nuestra Carta magna otorga los mismos derechos tanto a
nativos como a no nativos.
“Al
expresar el gobernador la palabra ‘quintanarroenses’, debe considerarse la
referencia a nativos y no nativos, pues así lo dispone la ley”, resumió.
Se reproduce íntegro el texto escrito por Mario Villanueva
y que fue publicado este lunes en su página personal de internet, la cual está
enlazada a una cuenta de Facebook donde con cierta regularidad el ex mandatario
publica artículos y opiniones:
El nativismo es
anticonstitucional y divide a la sociedad
Por Mario Villanueva Madrid
Una nota publicada por el
periodista Ángel Cabañas Basulto, calificándonos a mi difunto hermano y a mí,
de nativistas y creadores del Movimiento de Unificación Quintanarroense, me
obliga a hacer algunas aclaraciones, no únicamente porque no sea cierto lo que
afirma, sino porque se trata de una parte de la historia de Quintana Roo que no
debe ser distorsionada.
Sugiere el periodista que el
nativismo retoma actualidad con motivo de lo declarado recientemente por el
gobernador del Estado, Roberto Borge, durante el informe del diputado federal
Raymundo King, en el que el gobernador, en síntesis expreso:
“… nuestro estado tiene identidad
propia, libre y soberana, ha sido gobernado bien por quintanarroenses y debe
seguir siendo gobernado por quintanarroenses … siete gobernadores
quintanarroenses que hemos gobernado bien y seguiremos gobernando bien por
nuestra querida tierra. Paisanas y paisanos, nunca más bajo la sombra de
nuestros vecinos de Yucatán. … convencido de nuestra realidad actual e
histórica les digo: Quintana Roo, para los quintanarroenses”
Independientemente de la
intención que pudiera haber tenido el gobernador con esas expresiones, al otro
día se publicó una nota del exgobernador Miguel Borge, considerada nativista y
antiyucateca, por señalar lo siguiente:
“Sobre el quintanarroismo, tenemos
más asentamientos mayas que ellos, somos una península… no un virreinato. Una
cosa son los lazos de cariño y fraternidad y otra la subordinación política y
económica… no somos una colonia ni estamos colonizados… es una lucha de
identidad, no de fraternidad. Las raíces mayas y las tradiciones no son
exclusivas de Yucatán, son de la región. No es un tema cultural, es el de la
soberanía de nuestro Estado… solo quienes amamos a esta tierra vamos a velar
por su progreso, no para saquearla como se hacía antes.”
Al igual que otros periodistas,
Ángel Cabañas afirma que la declaración del gobernador es polémica y
controvertida, y a ello cabe agregar que se ha generado confusión en habitantes
del Estado que nacieron en otras Entidades del país, pues piensan que no se les
considera quintanarroenses, sintiendo que son ciudadanos de segunda,
especialmente los de origen yucateco, por la mención que se hizo de ellos.
El periodista Cabañas lleva la
voz de gente que ha pensado en la resurrección del supuestamente ya enterrado
nativismo, que surgió con el Movimiento de Unificación Quintanarroense (MUQ),
el cual se originó con la bandera de: “Quintana Roo para los quintanarroenses”,
pero afirmando que solo eran quintanarroenses quienes habían nacido en el
Estado y por lo mismo eran los únicos con el derecho de ocupar los cargos
públicos, especialmente el de gobernador.
El MUQ pugnaba por la integración
de los quintanarroenses, pero en una Entidad como la nuestra, cuya población ha
sido en gran medida producto de la migración, resultaba obvio que ese
movimiento solo podía integrar a los nacidos en Quintana Roo, generando una
gran división en la sociedad.
En lo que a mi corresponde,
Cabañas expresa: que patrociné el MUQ para enfrentar la inminente candidatura
de Joaquín González Castro, al que dice que me le impuse de última hora; que mi
hermano Arturo y yo organizamos reuniones con algunos sectores para conformar
el MUQ; que la única aparición política de este movimiento fue para convertirme
en gobernador y frenar a González Castro y que, por el reclamo de cuotas de
poder del MUQ, a sus miembros les otorgue patentes, nombramientos,
compensaciones y placas de taxi.
Todo lo manifestado por Cabañas,
respecto a mi hermano y a mí, es falso, no participamos en absoluto en la
creación del MUQ, ni lo patrociné, ni intervino ese movimiento en la decisión
para que yo fuera candidato a gobernador, y tampoco proporcioné a sus
integrantes ninguno de los apoyos que menciona el periodista.
Mi hermano y yo no coincidíamos
con las ideas del nativismo y nuestra opinión se remonta a 1974, antes de la
aparición del MUQ y del nacimiento del Estado. Bajo el liderazgo e ideas de mi
hermano Arturo, un grupo de jóvenes creamos la Plataforma de Integración
Quintanarroense (la PIQ) con el objeto de luchar por la transformación del
Territorio Federal en Estado, en lo que participamos activamente ante el
presidente Luis Echeverría, coordinados en la lucha con miembros del Comité
Pro-Territorio y la Fraternidad Quintanarroense en el Distrito Federal, entre otros,
los finados Ismael Araujo, Aurelio Aranda, José Marrufo y José Namur.
En esas fechas Quintana Roo era
una Entidad muy poco poblada, pero con permanente migración desde otros Estados
del país a nuestras ciudades e incluso a la Zona Maya, y especialmente a Cancún
que cumplía poco más de tres años con población casi en su totalidad inmigrante
de otros Estados. Éramos una mezcla de orígenes y culturas que iniciaba la
definición de una identidad y, ante la necesidad de establecer a quienes se
debería llamar quintanarroense, en la PIQ fijamos nuestra postura desde antes
de crearse el Estado, postulando lo siguiente:
“Son quintanarroenses los nacidos
en Quintana Roo y quienes venidos de otras partes del pais, han fincado su
futuro y el de sus hijos en esta tierra.”
Así consta en los múltiples
documentos que elaboramos, gran parte de ellos entregados al presidente
Echeverría, y consta también en el órgano informativo de la PIQ, la revista
“Nueva Era”, de la cual yo era el editor.
Por esa diversidad de orígenes y
culturas, en un crisol que forjaría nuestra identidad, en la Constitución
Política del Estado, que fue creada por la Diputación Constituyente presidida
por el entonces diputado Pedro Joaquín, quedo plasmado el reconocimiento a
nuestra diversidad y, por ello, en el artículo 37 se dispuso que eran
quintanarroenses los nativos del Estado, y también los no nativos que
cumplieran con los requisitos de dicho artículo que a la letra dice:
ARTÍCULO 37.- Son
quintanarroenses:
I. Los que nazcan en el Estado.
II. Los mexicanos hijos de padre
o madre quintanarroense, cualquiera que sea el lugar de su nacimiento.
III. Los mexicanos que tengan
domicilio establecido y una residencia efectiva de dos años por lo menos,
dentro de la circunscripción territorial del Estado y estén dedicados al
desempeño de actividad lícita, y
IV. Los mexicanos que habiendo
contraído matrimonio con quintanarroense residan cuando menos un año en el
Estado y manifiesten su deseo de adquirir esa calidad, ante el Ayuntamiento de
su residencia.
Aun más, en la fracción primera
del artículo 80 de la Constitución Política del Estado se reconoció el derecho
de aspirar al cargo de gobernador a todos los quintanarroenses, tanto nativos
como no nativos, tal como puede verse en el siguiente texto:
ARTÍCULO 80.- Para ser gobernador
del Estado se requiere:
I.- Ser ciudadano mexicano por
nacimiento, nativo de la Entidad o hijo de padre o madre nacido en la Entidad,
y con residencia efectiva y vecindad en el Estado de cuando menos diez años
inmediatamente anteriores al día de la elección. A falta de los requisitos
antes señalados, ser ciudadano mexicano por nacimiento y con residencia
efectiva y vecindad en el Estado no menor de veinte años inmediatamente
anteriores al día de la elección.
De lo anterior, saltan a la vista
las siguientes conclusiones:
1. Son quintanarroenses tanto los
nativos como los no nativos sin importar de que Estado del país hayan llegado,
cumpliendo únicamente con el requisito de residencia de dos años o de uno si se
casan con quintanarroense,
2. Puede ser gobernador cualquier
quintanarroense, tanto nativo como no nativo del Estado.
3. Cualquier actitud nativista
carece de sentido y es anticonstitucional, pues nuestra Carta magna otorga los
mismos derechos tanto a nativos como a no nativos.
4. Al expresar el gobernador la
palabra “quintanarroenses”, debe considerarse la referencia a nativos y no
nativos, pues así lo dispone la ley.
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