09 noviembre 2015

SEÑOR GOBERNADOR ROBERTO BORGE ANGULO

SEÑOR GOBERNADOR ROBERTO BORGE ANGULO
QUEREMOS A CADA UNA DE LAS MUJERES VIVAS. A TODAS.

Por: Romamy Miranda Gutiérrez
       romamy@yahoo.com


A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd.
Alphonse de Lamartine




EL GRITO DE ADVERTENCIA de quien ha vivido inmerso, desde hace más de 35 años, en la transformación de un país hermoso y extraordinario que tuvo la maldita desgracia de ser gobernado por los tres partidos políticos más influyentes de México PRI, PAN y PRD: la escoria nacional.  Al concluir el mandato del general Lázaro Cárdenas, la Confederación General de Trabajadores exigía la incautación de bienes, acusándolo de ser propietario del Hotel Washington, en Argentina; de que su hermano, Dámaso Cárdenas (el Raúl de aquel tiempo), disponía de 20 mil barriles de petróleo de Poza Rica para su beneficio personal, y de que, entre otras riquísimas propiedades, el expresidente poseía un latifundio con más de un millón de palmeras y ranchos con ganado de alto registro; casi medio centenar de propiedades (suyas o de sus familiares cercanos), todas obtenidas bajo el poder del llamado Niño Fidencio de la política mexicana…


Cuando descubrió la parte desconocida de la corrupción del sistema político que lo llevó a la presidencia, José López Portillo pronunció una frase para la posteridad: no nos volvamos un país de cínicos. El “burro” hablando de orejas había sublimado su romance con Rosa Luz Alegría, nombrándola secretaria de Estado, y a su hijo José Ramón, el orgullo de su nepotismo. Tenía a su familia entera repartiéndose el pastel petrolero a manos llenas, y a su camarilla haciendo todos los negocios opacos imaginables con recursos del erario. Ese sexenio tuvo dinero a pasto y fue uno de los tantos sexenios de extravagante festín de corrupción que hemos padecido a lo largo de nuestra historia (con la única y muuuuy relativa excepción de Ruiz Cortines, 1952-1958).

Después de aquel cínico sexenio, seguimos revolcados en la misma ciénaga, con escasa esperanza de abandonar el pantano. Bueno, me parece que el país de cínicos ya se rebasó (no sé si por la izquierda o por la derecha), y ahora este residuo de país es algo de nivel superior (en la jerarquía del malevaje, o sea inferior): el País de los Gandallas. Los actos de cinismo relumbran.

Nos confrontamos todos. El tema es lastimoso, obsesivo y vergonzoso. Por ejemplo (y quedaré muy corta): el  cinismo, del extinto Juan Camilo Mouriño al reconocer haber firmado documentos que favorecieron al negocio familiar, cuando él era al mismo tiempo funcionario y parte interesada; el de Martita Sahagún al asegurar que sus joyas son herencia de familia; el de Andrés Manuel López Obrador, violador impune de los estatutos perredistas, al hacer campaña por tres partidos y cobijar la propia bajo tres emblemas. También es un cínico el padre Leopoldo González González, secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), al justificar la pederastia y afirmar que el pecado hace más humanos a los curas….

El patético cinismo del presidente Enrique Peña Nieto al decir que las investigaciones sobre el  tema de la Casa Blanca propiedad de su esposa, estuvieron apegadas a la ley.
La  desvergüenza, el descaro, el cinismo,  del gobernador Roberto Borge Angulo, quien  ha sido  exhibido por sus excesos;   por privilegiar a su amigos en el reparto de la obra pública;  por cerrarle el paso a las manifestaciones públicas;  por detonar la deuda pública de la entidad a niveles nunca antes vistos;  por atacar a los medios que no le son afines, entre otras cosas.

Pero, lo más grave y vergonzoso de   Borge Angulo,  fue al decir referente a la marcha que se realizó este fin de semana,  que utilizar la palabra femicidio es ir en contra del éxito de su estado…


Cínico cuando ordeno un operativo para encontrar a su perro Simón dando una recompensa de 10 mil pesos. Más vale un perro,  que una mujer en  Quintana Roo.

Cinismo, el de los periodistas que se balancean entre la adulación y el vituperio, según soplen los vientos de la conveniencia. Cinismo, el de los ciudadanos que claman por un cambio de moral pero no están dispuestos a dejar de corromperse y. 
¿Somos o no somos un país de cínicos? Dígame usted.
Erradicar la violencia contra las mujeres puede ser difícil pero no es imposible. 

Ni una menos es un grito colectivo, es meterse donde antes se miraba para otro lado, es revisar las propias prácticas, es empezar a mirarnos de otro modo unas a otras, es un compromiso social para construir un nuevo nunca más.

Insisto. No queremos más mujeres muertas por femicidio en el estado. Queremos a cada una de las mujeres vivas. A todas. Señor gobernador Roberto Borge Angulo.


GUILLOTINA: ¿Sera cierto que Roberto Borge Angulo ya hablo con Carlos Joaquín por  órdenes del presidente Enrique Peña Nieto? 

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