29 septiembre 2014

¿QUIÉN TIRA LA PRIMERA PEDRA?


Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias.
Ryszard Kapuscinski


Por Octaviano Lozano Tinoco




Dicen por ahí que “perro no come perro” y los periodistas por mucho saben de eso, y como los gitanos “entre ellos no se leen la mano”.

No se critican ni presentan  cuestionamientos sobre su trabajo, parece que viven en una burbuja, que sólo se rompe cuando una filtración de una mano extraña rompe esa barrera infranqueable, y entonces el periodista en turno pasea desnudo ante la mirada de sus colegas y de la sociedad.

Hoy en México la filtración de información está haciendo el periodismo, con el fin de que las piezas del poder se muevan en un sentido u otro, ¿quién gana y quién pierde, con todo esto? Ese el tema principal de este gran show de la prensa de México.


La espada flamígera del gran hermano -que filtra  videos a los medios- hoy sentencia a los periodistas de Michoacán Eliseo Caballero, de la cadena Televisa,  y José Luis Díaz Pérez, de la agencia local Esquema, por reunirse con Servando González Martínez, alias la Tuta, jefe de los Caballeros Templarios, y al parecer ofrecerle asesoría para mejorar su imagen mediática ante la sociedad.

Los dos periodistas cayeron en desgracia y perdieron sus empleos, como primer paso, y son los nuevos “apestados”, en un gremio las más de las veces hipócrita donde pocos podrían lanzar una piedra de honestidad contra los compañeros, que viven y trabajan en Michoacán, que dejó de ser un estado de leyes para formar parte de un realismo mágico de muerte y corrupción.

 ¿A quién, los periodistas en Michoacán, pudieron haber recurrir para solicitar protección, cuando recibieron la notificado del capo para reunirse con ellos? Simplemente a nadie, porque están dentro de una telaraña de corrupción, donde la plata o el plomo es la decisión que se debe tomar ante un dilema como ese.

En México los periodistas somos sobrevivientes de un sistema corrupto y siempre estamos en peligro de morir de hambre –por los bajos salarios- o de un tiro en la cabeza, y de eso saben más que yo los compañeros que trabajan en los distintos estados del país.

Un ejemplo de ello que pese a lo doloroso, terminó solo en unos cuantos golpes, fue el caso de la periodista a Karla Janeth Silva Guerrero, del Heraldo del Bajío, en Silao, Guanajuato, quien fuera agredida en plena redacción del diario, el pasado 4 de septiembre, por varios hombres que a gritos le decían que “le bajara de huevos a sus notas".


Hoy los periodistas estamos ante los vientos de la violencia y nadie puede lanzar piedras contra nadie, si ver su  enorme cola de tras ni los peligros que representa esta profesión.

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romamym@yahoo.com

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