Para ejercer el
periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no
pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar
comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus
dificultades, sus tragedias.
Ryszard
Kapuscinski
Por Octaviano Lozano Tinoco
Dicen por ahí que “perro no come perro” y los
periodistas por mucho saben de eso, y como los gitanos “entre ellos no se leen
la mano”.
No se critican ni presentan cuestionamientos sobre su trabajo, parece que
viven en una burbuja, que sólo se rompe cuando una filtración de una mano
extraña rompe esa barrera infranqueable, y entonces el periodista en turno
pasea desnudo ante la mirada de sus colegas y de la sociedad.
Hoy en México la filtración de información está
haciendo el periodismo, con el fin de que las piezas del poder se muevan en un
sentido u otro, ¿quién gana y quién pierde, con todo esto? Ese el tema
principal de este gran show de la prensa de México.
La espada flamígera del gran hermano -que
filtra videos a los medios- hoy
sentencia a los periodistas de Michoacán Eliseo Caballero, de la cadena
Televisa, y José Luis Díaz Pérez, de la
agencia local Esquema, por reunirse con Servando González Martínez, alias la
Tuta, jefe de los Caballeros Templarios, y al parecer ofrecerle asesoría para
mejorar su imagen mediática ante la sociedad.
Los dos periodistas cayeron en desgracia y perdieron
sus empleos, como primer paso, y son los nuevos “apestados”, en un gremio las
más de las veces hipócrita donde pocos podrían lanzar una piedra de honestidad
contra los compañeros, que viven y trabajan en Michoacán, que dejó de ser un
estado de leyes para formar parte de un realismo mágico de muerte y corrupción.
¿A quién, los
periodistas en Michoacán, pudieron haber recurrir para solicitar protección,
cuando recibieron la notificado del capo para reunirse con ellos? Simplemente a
nadie, porque están dentro de una telaraña de corrupción, donde la plata o el
plomo es la decisión que se debe tomar ante un dilema como ese.
En México los periodistas somos sobrevivientes de un
sistema corrupto y siempre estamos en peligro de morir de hambre –por los bajos
salarios- o de un tiro en la cabeza, y de eso saben más que yo los compañeros
que trabajan en los distintos estados del país.
Un ejemplo de ello que pese a lo doloroso, terminó
solo en unos cuantos golpes, fue el caso de la periodista a Karla Janeth Silva
Guerrero, del Heraldo del Bajío, en Silao, Guanajuato, quien fuera agredida en
plena redacción del diario, el pasado 4 de septiembre, por varios hombres que a
gritos le decían que “le bajara de huevos a sus notas".
Hoy los periodistas estamos ante los vientos de la
violencia y nadie puede lanzar piedras contra nadie, si ver su enorme cola de tras ni los peligros que
representa esta profesión.
Si
fuiste testigo de un acontecimiento y quieres denunciar algo o compartir tu
punto de vista sobre un tema, entonces envía tu aportación y lo publicamos.
Gracias por sus comentarios
romamym@yahoo.com
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