WHATSAPP COMO PRUEBA EN JUICIO

Por: Romamy Miranda Gutiérrez

"Las mentes mediocres hablan sobre los demás, las mentes promedio hablan sobre eventos, pero las mentes brillantes CREAN IDEAS."

 Eleonor Roosevelt

*¿Qué clase de mente tienes tú?

FOTOGRAFÍA DE LA PANTALLA de un móvil con una conversación de WhatsApp ¿puede ser una prueba crucial en un juicio?

Es lamentable que Quintana Roo este inmerso  entre: Volantes, ‘bots’ en Twitter, WhatsApp, conferencias falsas, llamadas telefónicas…

Hay una maquinaria echada a andar contra el gobernador Roberto Borge Angulo y por otra parte  contra  la Revista Luces del Siglo.

 “¿Quién pudiera estar detrás de todo esto? No tenemos la respuesta de quién y desde qué cañerías están haciendo estas campañas”

Es muy curioso como ambos bandos en guerra cada uno  ahora se hace los ofendidos   y señalen  que le parece irresponsable hacer acusaciones sin tener pruebas ni fundamentos… ¡What!, entonces la cosa no es pareja…

Unos y otros exigen que se frenen las difamaciones, las mentiras y argumentos sin sustento…Curioso, porque más del 50 por ciento de los quintanarroenses  también se encuentran hasta la coronilla…

Si bien es sabido que toda causa tiene un efecto, siendo estos a veces positivos, pero en algunos casos siendo completamente corrosivos y trayendo gravísimas consecuencias a los afectados, como lo son los efectos que causan la difamación, las calumnias e injurias a la buena imagen y honor de un individuo de cualquier edad o grupo social.

La libertad de expresión, está protegida por la Constitución Mexicana y como el propio título lo establece, da la libertad a todo aquel de expresarse libremente de cualquier tema o dar su opinión abiertamente, siempre y cuando no afecte esta opinión o comentario a terceros.

 Este derecho lo podemos encontrar en el Capítulo 6to de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, donde dice:

“QUE LA MANIFESTACIÓN DE LAS IDEAS NO SERA OBJETO DE NINGUNA INQUISICIÓN JUDICIAL O ADMINISTRATIVA, SINO EN EL CASO DE QUE ATAQUE A LA MORAL, LOS DERECHOS DE TERCERO, PROVOQUE ALGÚN DELITO, O PERTURBE EL ORDEN PUBLICO; EL DERECHO DE REPLICA SERA EJERCIDO EN LOS TÉRMINOS DISPUESTOS POR LA LEY. EL DERECHO A LA INFORMACIÓN SERA GARANTIZADO POR EL ESTADO".

¿Pero, qué validez pueden tener los mensajes de WhatsApp, fotos, SMS y demás contenido que podemos encontrar en un Smartphone, Tablet, etc.?

 La respuesta a dicha pregunta no es uniforme y necesita de un análisis individualizado de cada caso, sin embargo si podemos afirmar que dicho contenido es perfectamente válido como prueba en un procedimiento judicial, siempre y cuando se respeten los Derechos Fundamentales a la hora de obtener dicha prueba. 

Suponiendo que el medio de prueba presentado –una conversación de WhatsApp- se haya obtenido respetando los Derechos Fundamentales (estos derechos), es necesario analizar hasta qué punto es suficiente dicha prueba, especialmente en el proceso penal donde es preciso enervar el principio de presunción de inocencia que asiste a todo acusado penal.

Los factores más relevantes para considerar tales pruebas suficientes para provocar una condena penal son diversos. El origen de la prueba es fundamental, es decir, tendrá plena validez, aquella prueba obtenida con autorización judicial y facilitada por la propia empresa que “almacena” los datos (telefónica, Facebook, etc.), sin embargo si dicha prueba es facilitada por el propio denunciante, requerirá de otros elementos en los que apoyar su veracidad.

Lo anterior es consecuencia lógica de la facilidad con que dichas pruebas pueden ser manipuladas, pues es fácil borrar parte de una conversación, también es posible que sea otra persona, quien mediante el uso de Smartphone ajeno, envíe mensajes suplantando una identidad o simplemente que dichas pruebas hayan podido ser modificadas por un técnico informático.

Insisto solamente, un juez no puede dictaminar si un diálogo es real a través de la simple captura de imagen de una conversación porque podría ser falsa, apócrifa o trucada. No tiene validez jurídica. No es una prueba fehaciente, salvo que el juez tenga a su disposición los teléfonos u otros dispositivos, y un perito informático certifique la legitimidad del documento

Es importante en señalar que, en  cuanto a la privacidad de los mensajes,  las personas que dan a conocer este tipo de correspondencia pueden lesionar derechos y el damnificado podría iniciar una demanda por daños y perjuicios.

Es por eso que las  autoridades competentes su deber es frenar cuanto antes la difamación para que no se multiplique. Por otro lado, los administradores de la página pueden bajar la información de internet en un minuto, y la prueba desaparece. Por esto es importante que  la División Delitos Informáticos de la Policía Federal certifique lo que se ve en la pantalla. Es la prueba válida y contundente, y la autoridad tiene la obligación de dar a conocer su resolución al juez y éste frene inmediatamente cuanto antes las difamaciones…. ¡Ya basta de tanta basura!

GUILLOTINA: Pero de nada nos sirve engañar y engañarnos. Las cosas por su nombre. Y sobre todo que alguien les diga a estos PELIONEROS, embriagados y bizcos de poder, que  los quintanarroenses ya cambiaron. Que a regañar las monjas a los alumnos. A ordenar los comensales a los meseros y a presionar a su abuela. ¡Ya despierten!

Y un solo consejo para terminar: que ojalá sea la norma de todo funcionario y empresario,  con la boquita caliente, de la maravillosa mente de Groucho Marx: “Más vale permanecer callado y parecer tonto, que despejar definitivamente las dudas”.